Cuando pensamos en las botas militares (también conocidas como botas tácticas), es fácil caer en el error de suponer que solo son para soldados en zonas bélicas o para aquellas personas que quieren lucirlas por temas estéticos.
Ciertamente, las botas tácticas militares están diseñadas para soportar condiciones extremas durante mucho tiempo. Sin embargo, la misma utilidad que nos pueden dar para una zona de guerra, nos sirve para hacer largas marchas en terrenos exigentes. Es decir, son un calzado excelente para nuestras rutas a través de zonas difíciles, ya que nos aportarán resistencia, protección y aislamiento del agua.
Características de las botas militares
Vamos a ver las principales características de las botas tácticas y así nos daremos cuenta de lo útiles que pueden resultar si pretendemos atravesar terrenos montañosos complicados con hielo, junglas, desiertos, paredes de pedriza…
- Caña alta muy reforzada: la caña es la parte superior de la bota, la que nos ofrecerá un nivel de protección contra lesiones en el tobillo muy alta (si está adecuadamente reforzada). Pensada inicialmente para meter los pantalones por dentro y evitar que se enganchasen en plantas o piedras, evolucionó para proteger los tobillos. Podemos encontrar las botas altas, que son las clásicas, y las medias botas, que tienen una caña más corta, pero siguen protegiendo muy bien la zona que cubren.
- Suela y entresuela: toda bota militar que se precie debe incorporar estos dos elementos. La entresuela se encuentra encima de la suela y sirve para aislar los pies de los impactos recibidos durante una larga marcha. También nos protege de objetos afilados. En cuanto a la suela, es la parte que hace contacto con el suelo: debe ser muy resistente y contar con una configuración de tacos que mejore el agarre y que evite los resbalones y la acumulación de barro.
- Cambrillón: cuando andamos, apoyamos la mayor parte de nuestro peso en el talón y la punta de los pies. Un buen cambrillón sirve para repartir esta carga a lo largo de todo el pie, evitando así uno sobreesfuerzo o daños en los extremos.
- Cordones reforzados: no debemos olvidar los cordones, pues tienen que soportar largas caminatas y el tener que ponernos y quitarnos las botas en numerosas ocasiones. Deben aportar una buena sujeción, especialmente en la zona de los tobillos.
- Resistencia al agua: todos los tejidos de una buena bota militar tienen que ser resistentes al agua. En nuestras marchas podemos encontrarnos muchas veces en la necesidad de recorrer zonas con agua o que nos llueva. La protección de los pies ante estas situaciones es imprescindible. Además, tienen que poder expulsar el sudor hacia el exterior.
- Sin metales: especialmente importante si vamos a pasar por un control de detección de metales en un aeropuerto. Si llevamos las botas puestas y tenemos que quitárnoslas, es un auténtico engorro, ya que las botas tácticas no son rápidas de poner y quitar.
Botas militares y deportes de aventura
Como habremos visto, las características de las botas tácticas militares las hacen perfectas, también, para los deportes extremos, sobre todo para realizar largas marchas en terrenos complicados.
También hay mucha gente que las lleva con fines estéticos, aunque ciertamente no debemos considerarlas un calzado para el día a día. Entre las más famosas, encontramos las históricas botas militares americanas Bates, una marca de excelente calidad.
¿Quién se anima a cruzar una zona montañosa con hielo? ¿O una frondosa jungla? ¿O un pantano? ¿O un desierto? SI te animas, ¡no te olvides de unas botas resistentes e impermeables!